Quisiera agradecer la oportunidad de analizar y publicar la información acerca del sistema de responsabilidad penal juvenil en el país, y evidenciar la gran necesidad que tiene en la sociedad para la formación de los adolescentes. En esa medida comparto la preocupación del desconocimiento del sistema en la población, sobre todo para diferenciarlo del sistema penal ordinario, teniendo en cuenta que se rigen con finalidades y principios distintos.
Sin embargo, me preocupa la confusión de los términos usados a lo largo del fascículo. Sólo por mencionar un ejemplo recurrente, el SRPA habla de adolescentes, no de menores ni de infractores, y esta confusión de términos es importante porque la ley colombiana establece sustanciales diferencias entre ellos. Sugiero que se adopte el lenguaje que tiene la propia ley.